En la pista de tartán, la voluntad se impone a la adversidad. Allí emerge inspiradora la historia de Karol Figueroa, una atleta de 19 años que se convirtió en símbolo de perseverancia y dedicación. En los Juegos Para Departamentales, Karol demostró que no hay barreras capaces de detener a un espíritu indomable.

Sus ojos en la pista
Su guía es más que un acompañante. Es el apoyo que la impulsa a dar lo mejor de sí en cada zancada. «Cuando estoy con mi guía, siento la libertad a la hora de mover mis brazos y mis piernas, él nunca me limita, todo lo contrario, siempre exige lo mejor de mí«, confirmó la medallista.
Conexión y confianza mutua son la base de su éxito. Hace apenas un año y medio, fue una amiga quien la motivó a incursionar en el atletismo. Hoy, esa amiga ganó la medalla de plata en la misma competencia. Ambas demostraron que camaradería y rivalidad coexisten en la búsqueda de la excelencia.

Un sueño Olímpico
El triunfo de Karol en los 400 metros planos de atletismo es un hito en su carrera. Ahora persigue su meta más anhelada: representar a Colombia en los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles 2028. «Deseo representar a mi país y poder ir a Los Ángeles a correr en semifondo y velocidad«, declaró.
Cali, que se consolida como la Capital Deportiva de América, respalda el proceso de deportistas como Karol. Su historia nos recuerda que el éxito no se mide en medallas, sino en la capacidad de superar los obstáculos con fe, disciplina y la inquebrantable convicción de conquistar nuestros propios sueños.
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