La iniciativa empodera a 18 mujeres luchadoras entre los 20 y 65 años que han superado las dificultades de una sociedad dominada históricamente por los hombres. Antes se desempeñaban como vendedoras informales, guardas de seguridad o archivistas. Hoy se levantan a mejorar la ciudad cada día.

Los retos
Las operarias coinciden en que uno de los más grandes es resistir el sol. También reconocen que lo más valioso es encontrar en la Cuadrilla una red de apoyo. Muchas recuerdan con emoción y nerviosismo su primer día. No sabían usar brochas ni palas, solo tenían la expectativa frente a un nuevo desafío.

Las voces
“La Cuadrilla Rosa significa oportunidades porque somos madres cabezas de hogar y esto ha llegado a abrirnos puertas”: Nagdaly Eugenia Quiñónez Montezuma, operaria de la Cuadrilla Rosa.
“Soy madre de tres hijos. Una mujer maltratada sicológica y verbalmente por su pareja. Antes vendía agua de coco, ahora soy operaria de la Cuadrilla Rosa”: Yudy Olaya Cadena, operaria Cuadrilla Rosa.
“Para mí la Cuadrilla Rosa significa renacer, aprender algo nuevo, algo a lo que no estaba acostumbrada. Hemos tenido altibajos, pero estamos unidas, eso es lo importante: poder trabajar en equipo, poder desarrollarnos y ser capaces de lograr una meta”: Leidy Vanessa Méndez, operaria de la Cuadrilla Rosa.