Aún recuerdo el trazo seguro en las manos del maestro Jesús Antonio Patiño. Me dio forma, me pintó con la precisión de quien captura la luz y el color en cada acuarela. Él, un artista de Santander de Quilichao, me infundió la sensibilidad de la naturaleza y me imaginó para un universo que explora lo humano.

Nuevo capítulo felino
Gracias a la Harinera del Valle y la Cámara de Comercio de Cali me sumé al icónico programa de arte urbano «Las Gatas del Río». Me instalaron en el Paseo de las Gatas, junto a otras 22 de mis nuevas amigas felinas, aunque somos 38 en total, maullando por toda la ciudad.

Ronroneos en el río Cali
Mi nuevo hogar, el Paseo de las Gatas, no existiría sin un minino muy especial: el Gato del Río, hijo del maestro Hernando Tejada. Aunque mi casi suegro ya no está presente, su espíritu y su legado viven en cada una de nosotras, las 38 nueritas que le ronroneamos a su heredero a orillas del río. ¡Miau!
Otros ronroneos en el río Cali: