La explosión que sacudió a Cali la tarde del 21 de agosto dejó un saldo trágico de seis personas fallecidas y 78 más heridas. Una dura prueba para la ciudad que también reveló su fibra más humana. Los caleños respondieron con una ola de solidaridad. Unión y apoyo mutuo, la mejor forma de enfrentar la tragedia.
Una respuesta coordinada
Gestión del Riesgo y los organismos de socorro se encargaron de realizar un censo de afectados para cuantificar los daños. La Secretaría de Salud y la ESE Norte desplegaron equipos para brindar atención primaria y acompañamiento psicosocial. Bienestar Social activó sus programas de Persona Mayor, Víctimas, Casa Matria, Familia y Niñez, Habitante de Calle y Juventud.
La asistencia se extendió al sector económico y de infraestructura. La Secretaría de Desarrollo recorrió la zona para identificar a los pequeños establecimientos de comercio afectados y ofrecerles asesoría. Los grupos operativos de la Gerencia de Energía de Emcali trabajaron sin descanso para reparar los daños en el circuito La Base, una labor fundamental para restaurar los servicios básicos en la zona afectada.
Cali, solidaria ante la tragedia
Más allá de la respuesta oficial, la verdadera fuerza de Cali se sintió en la calle, los habitantes demuestran su solidaridad. Una masiva jornada de donación de sangre se extenderá en el Bulevar del Río hasta el domingo 24 de agosto. Cientos de caleños se acercan conscientes de que un gesto tan simple salva vidas. #FuerzaCali reafirma que las diferencias se hacen a un lado para apoyarnos cuando más nos necesitamos.
La resiliencia nos levanta
Hoy viernes 22 de agosto se tiene prevista una detonación controlada de los artefactos que no explotaron. Aunque el sonido pueda ser motivo de inquietud, es una medida necesaria que las autoridades manejan con la máxima precaución para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos. Cali se levanta en unidad para demostrar que su gente es su mayor fortaleza y que pese al dolor, el espíritu de solidaridad prevalece.